Más de 300 dirigentes colegiales y profesionales de la farmacia andaluza se reúnen desde hoy en Córdoba para debatir sobre el futuro de la farmacia y del sistema sanitario en Andalucía en el marco de las VI Jornadas Farmacéuticas Andaluzas. El encuentro ha sido inaugurado por la consejera de Salud, Marina Álvarez, y ha sido aprovechado por nuestro presidente, Antonio Mingorance, para pedir a las administraciones valentía para afrontar las innovaciones que necesita el sistema sanitario y para incorporar a las farmacias en esos retos.
“Andalucía puede presumir de contar con una sanidad excelente, a la vanguardia de Europa y de los países más avanzados del mundo, con una calidad asistencial de primer nivel. Pero Andalucía, como España, tiene el reto de asegurar que puede mantener e incluso aumentar esos niveles de calidad en nuevo escenario más exigente y de mayor demanda, con una población envejecida y una prevalencia cada vez mayor de enfermedades complejas y crónicas, y para ello necesita adoptar medidas estructurales innovadoras que todo el mundo conoce y pregona pero que no se están adoptando”, ha afirmado Mingorance.
A este respecto, el presidente de los farmacéuticos andaluces ha insistido en que “los nuevos retos sanitarios pasan en gran medida por aumentar los niveles de control y asistencia fuera del entorno hospitalario” y “para ganar esos desafíos es necesario presionar en el campo contrario de la enfermedad, lejos de los hospitales, porque los equipos que defienden solo cerca del área encajan más goles”. Por ello, ha señalado, “una de las grandes innovaciones que requiere el sistema sanitario es implicar a las farmacias en la prevención, diagnóstico precoz y mejora de la adherencia de los pacientes crónicos“, de acuerdo a la declaración promovida por la farmacia española en Córdoba hace justamente cuatro años.
Mingorance ha señalado que el balance de esa Declaración, cuatro años después, es bastante pobre, pero no por falta de iniciativa de los colegios de farmacéuticos, que han promovido y desarrollado una amplia cartera de nuevos servicios farmacéuticos, sino por la falta de voluntad política y determinación por parte de los actores políticos, que no han tenido la valentía suficiente para acometer las innovaciones estructurales que demandan los nuevos retos sanitarios y han preferido recurrir a las políticas de ahorro que son “pan para hoy y hambre para mañana”.
El presidente del Consejo Andaluz, que ha dejado claro que “las subastas no representan las fórmulas nuevas que necesitamos para los nuevos retos y ponen además a los farmacéuticos andaluces en situación de desigualdad con respecto los de otras comunidades autónomas“, ha aprovechado la presencia de la consejera de Salud, Marina Álvarez, para solicitarle que apueste “por programas e iniciativas realmente innovadoras, como en su momento fueron las políticas de prescripción por principio activo o la receta electrónica”, en los que la Junta de Andalucía fue pionera, y ha ofrecido la absoluta disposición y colaboración de la farmacia andaluza para poner en marcha esas soluciones disruptivas y estructurales que necesita hoy el sistema sanitario.
“Innovación es poner a la farmacia a colaborar activamente con el resto de agentes del sistema en la atención de los crónicos, en la mejora de la adherencia, en los programas de prevención, en la detección precoz las patologías…todo ello crucial para evitar agudizaciones y el consiguiente impacto en el gasto y en la calidad de vida. Toda esta innovación es posible, y la farmacia la quiere hacer, pero lo lógico y deseable es que estas innovaciones sean desarrolladas bajo un esquema de colaboración con el sistema público de salud”, ha afirmado Antonio Mingorance.
Una farmacia preparada para grandes retos
El presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos, Antonio Mingorance, ha destacado que los farmacéuticos están preparados para esos retos y ha subrayado que la farmacia andaluza y española es hoy mucho mejor que hace un lustro, es más completa y más avanzada, desarrolla más servicios, está mejor orientada a las necesidades de los pacientes y es por todo ello mejor valorada que nunca. “La farmacia se ha modernizado y ha sido capaz de hacerlo además en un entorno crítico, en un contexto de ajustes, de fuerte presión sobre el margen del medicamento”, ha insistido.
“La farmacia –se dice pronto- ha aportado nada menos que el 30% del ahorro total del sistema sanitario, pero, lejos de buscar excusas o instalarse en el lamento, ha seguido adelante buscando nuevas vías, desarrollando nuevos servicios profesionales, invirtiendo en instalaciones, tecnología, servicios y formación profesional, y como resultado de todo ello, mientras en otros sectores se ha destruido empleo, en la farmacia se ha mantenido incluso se ha creado, con una apuesta insoslayable por el empleo estable, de calidad y femenino, y estamos más que preparados y motivados para asumir nuevos retos”, ha argumentado Mingorance, que considera que en estos últimos años se “han potenciado las bases de la farmacia asistencial, al mismo tiempo que se han desafiado y ampliado sus límites, que pueden y deben ir más lejos de lo que hemos conocido hasta ahora, sin abandonar la actividad fundamental de la dispensación pero mucho más allá de ella”.