Se elevan ya a 32 las farmacias andaluzas con algún profesional infectado, un 68% más que hace una semana, mientras que tres farmacias se han visto obligadas a cerrar, y se ha registrado el primer fallecimiento , en Granada. Desde el CACOF pedimos al Gobierno que se nos aporten las medidas de protección necesarias y que se nos incluya como población prioritaria para la realización de tests de diagnóstico.
Un total de 51 profesionales de las farmacias andaluzas están ingresados o guardando cuarentena por coronavirus, 32 farmacias andaluzas tienen algún trabajador afectado y 3 se han visto obligadas a cerrar. Estos son los datos actualizados relativos a Andalucía del registro de afectados por el Covid-19 que el Consejo General de Colegios Farmacéuticos puso en marcha para conocer la incidencia sobre los farmacéuticos de la pandemia.
Así, pues, en el plazo de solo una semana ha aumentado en un 76% el número de profesionales infectados en las farmacias andaluzas, mientras que se ha incrementado en un 68% el número de farmacias con algún profesional infectado. La buena noticia es que siguen siendo solo tres las farmacias cerradas provisionalmente a causa del impacto de Covid-19. Se trata, en todo caso, según el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos (CACOF), Antonio Mingorance, unos datos preocupantes y que evidencian la necesidad de medidas de protección para los farmacéuticos.
Asimismo, en los últimos días se ha producido también el primer fallecimiento de un profesional de la farmacia en Andalucía. Se trata concretamente de un técnico de oficina de farmacia de la provincia de Granada.
“Las medidas de protección del Gobierno siguen sin llegar, y ya son 9 los profesionales de farmacia fallecidos en toda España”, advierte Antonio Mingorance, que pide además que se convierta a los farmacéuticos en población prioritaria para la realización de tests de diagnóstico del Covid-19. “Estamos en primera línea y la protección, además de para nosotros, es también para los pacientes”, explica.
El presidente del CACOF se muestra además preocupado porque un incremento en el cierre de farmacias, especialmente en el entorno rural, donde a veces es el farmacéutico el único profesional sanitario que queda, podría dejar en una situación complicada a usuarios y pacientes.