El objetivo de esta guía de dispensación para el tratamiento farmacológico del TDAH era orientar y favorecer la implicación de los farmacéuticos en el seguimiento farmacoterapéutico de estos pacientes, así como en la prevención y en la orientación a la consulta especializada. “Por su cercanía al ciudadano, el farmacéutico es muchas veces el primer profesional sanitario al que se dirigen las familias, y también el depositario habitual de las dudas y preocupación que genera este trastorno en los padres, por lo juega un papel esencial en la derivación al especialista y en la aportación de información correcta y adecuada acerca de los síntomas y tratamientos de estas patologías, que suelen además estar envueltos en leyendas y falsos rumores”, según Lola Palomino, quien destaca el rol fundamental que corresponde al farmacéutico en la adherencia al tratamiento y el cumplimiento terapéutico de los pacientes y la prevención de riesgos y detección de alertas y posibles interacciones de los psicofármacos.
“Se trata de medicamentos con efectos secundarios frecuentes, que a veces producen alertas que deben tenerse en cuenta, y que normalmente deben tomarse durante muchos años, por lo que son más probables las interacciones con otros tratamientos ocasionales o crónicos”, señala.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es la patología neurobiológica crónica más frecuente en la infancia, pues afecta a más de un cinco por ciento de la población infantil, lo que equivale a uno o dos niños por aula. Se trata de un trastorno caracterizado por tres síntomas específicos -la dificultad para atender, la hiperactividad y la impulsividad-, más frecuente en niños que en niñas, y cuyo diagnóstico precoz y acertado, así como su tratamiento correcto, resulta fundamental para evitar situaciones familiares difíciles, problemas escolares y sobre todo una baja autoestima. Por ello, el Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos puso en marcha a principios de curso una campaña informativa dirigida a padres con niños que padecen estas patologías, y “cuyo objetivo es mejorar el conocimiento de sus síntomas, favorecer su detección a tiempo, prevenir riesgos y minimizar los efectos adversos de los medicamentos y optimizar los resultados de los tratamientos farmacológicos”.
A través de esta campaña, que cuenta con el apoyo de las asociaciones andaluzas de padres y personas afectadas por TDAH, las 3.600 farmacias andaluzas han repartido material informativo con consejos y recomendaciones sobre cómo distinguir los síntomas de esta enfermedad y cuándo conviene acudir a un especialista, qué tipo de conductas y habilidades hay que reforzar en estos niños, y sobre todo cómo mejorar los resultados de los tratamientos farmacológicos, minimizando sus efectos adversos más frecuentes y previniendo posibles riesgos.
El Consejo Andaluz está realizando en estos momentos un estudio más amplio, en toda Andalucía, y con el que se pretende ratificar, enriquecer y aumentar las conclusiones sobre las reacciones adversas, interacciones y dificultades más frecuentes en el seguimiento de los tratamientos de la TDAH, y que está especialmente centrado en el tratamiento con Atomoxetina. “Queremos tener toda la información posible sobre el perfil habitual de los pacientes que reciben estos tratamientos, así como el diagnóstico que motiva la prescripción, los tipos de especialidades requeridas (principio activo, forma farmacéutica y sistema de liberación), el grado de conocimiento que tienen los pacientes/cuidadores de los tratamientos prescritos, la incidencia de efectos secundarios y alertas, las posibles patologías concomitantes, crónicas u ocasionales, la influencia de los tratamientos asociados, y los resultados de la intervención del farmacéutico”, explica Lola Palomino. El cuestionario, así como todo el material para participar en el estudio, se envió encartado en Farmacéuticos del Sur, pero puede descargarse también en la web del CACOF, igualmente en la sección “Documentos de interés”