Al servicio de todos
Hoy se celebra el Día Mundial del Farmacéutico, para el que la FIP y el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos ha escogido un lema muy certero, que hace hincapié en la capacidad que brinda nuestra profesión de aportar “soluciones locales” a “problemas globales”.
Y así es, desde la proximidad territorial, los farmacéuticos ayudamos a dar respuesta a grandes desafíos de salud actuales, que son comunes a casi todos los países y sistemas sanitarios: los problemas de suministro de medicamentos, los crecientes riesgos de salud pública, el envejecimiento de la población o la epidemia de problemas de salud mental.
Cómo no sentir un orgullo legítimo por una profesión como la nuestra, tan imbricada y comprometida con esos grandes retos globales.
Una profesión que siempre ha llevado a gala los valores de la universalidad –los mismos servicios para todos los ciudadanos con independencia de su formación, nivel de renta y localización geográfica–, la cercanía física pero también afectiva a todos los pacientes, la irrenunciable vocación sanitaria por encima de todo, la promoción activa de la salud y de la calidad de vida de todas las personas, y ese consejo encerrado en la famosa frase de “consulte a su farmacéutico” que es mucho más que un eslogan, es una seña de identidad que nos sitúa en el sitio exacto en el queremos estar: al lado de aquel que tiene cualquier inquietud, problema o preocupación relacionada con su salud.
Hoy es un día para reflexionar sobre todo ello y para manifestar nuestro orgullo de ser farmacéuticos.
Porque, además, los farmacéuticos estamos en muchos ámbitos y desarrollando labores sanitarias diversas, y todas ellas fundamentales. Estamos en Farmacia Comunitaria y en la Distribución, por supuesto, pero también en otros como la Farmacia Hospitalaria; hay farmacéuticos trabajando en la Administración Pública, en la Industria Biofarmacéutica, en Alimentación, en Análisis Clínicos, en Óptica y Ortopedia, en Investigación y Docencia, etc. Y en todos estos ámbitos los farmacéuticos realizamos contribuciones a la sociedad que son cruciales.
Ser farmacéutico es una enorme suerte, que otorga sentido a nuestra vida y nos da la oportunidad de enriquecerla dedicándola al servicio de los demás.
Antonio Mingorance
Presidente del CACOF