En la actualidad, se calcula que más de 900.000 personas sufren demencia en España, de los cuales más del 60% padecen Alzheimer. Una enfermedad en la que es importante la detección temprana para tratarla de forma adecuada. Por esta razón, desde esta semana está en marcha el proyecto Red de Farmacias: Memorias Compartidas, una iniciativa apadrinada por el Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos (CACOF), la Fundación Bidafarma y la Confederación Andaluza de Alzheimer, y que se ha ratificado con la firma del convenio entre las tres organizaciones.
El acuerdo ha sido suscrito por Antonio Mingorance, presidente del CACOF; Leandro Martínez, presidente de la Fundación Bidafarma; y la presidenta de la Confederación Andaluza de Alzheimer, Ángela García Cañete. Las tres organizaciones han puesto la primera piedra de esta iniciativa en el Colegio de Farmacéuticos de Granada, donde se celebró ayer una jornada formativa que seguidamente se celebrará en los Colegios Farmacéuticos de las siete provincias andaluzas restantes.
Esta formación corrió a cargo de Roberto Suárez, neuropsicólogo y director de la Escuela Andaluza de Enfermedades Neurodegenerativas de la Confederación, que se centra en dotar a los farmacéuticos de los conocimientos necesarios que les ayuden a identificar situaciones de deterioro cognitivo y saber distinguir síntomas propios del Alzheimer. Realidades cotidianas que comienzan por leves síntomas y que el profesional de la farmacia puede captar de una forma precisa.
Una labor que también refuerza el rol asistencial del farmacéutico, ayudando tanto al paciente con el que mantiene una relación cercana, como a los familiares, a los que puede alertar de cualquier síntoma de deterioro cognitivo. En la sociedad actual, la farmacia tiene un papel esencial para el sistema sanitario, al ser el establecimiento sanitario más accesible para la ciudadanía, donde en la mayoría de los casos también se establece una relación de confianza con el paciente que ayuda a que el farmacéutico conozca cualquier nueva patología que le afecte, y por lo tanto pueda aconsejar y derivar a otros especialistas eficazmente.
Para el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Granada, Juan Eloy Jiménez, este proyecto es “otra muestra de lo que los farmacéuticos podemos hacer por nuestros pacientes. Somos el profesional sanitario más cercano, y nuestra vocación, cercanía y complicidad con el paciente hace que seamos el profesional al que primero se acude a diario”. Jiménez también quiso agradecer a los firmantes que hubieran elegido Granada y el Colegio de Farmacéuticos para el pistoletazo de salida de este proyecto, “un acuerdo que pone de relieve la necesidad de que los farmacéuticos, desde su ámbito de actuación diaria, contribuyan a mejorar la vida de estos pacientes, sin olvidar a las personas que están alrededor de los mismos”, subrayó.
El presidente de la Fundación Bidafarma, Leandro Martínez, también destacó la importancia de los farmacéuticos en detectar e informar sobre cualquier síntoma de demencia. “Este convenio representa un avance significativo en nuestra misión de apoyar a los enfermos de Alzheimer. Trabajando juntos, Fundación Bidafarma, CACOF y ConFEAFA, fortalecemos el papel de las oficinas de farmacia como agentes clave en la detección temprana y en el apoyo continuo a los pacientes y sus familias, dijo Martínez. Un apoyo que ayer quedó patente y que muestra “el compromiso de utilizar todos los recursos a nuestro alcance para mejorar la calidad de vida de estos pacientes”, enfatizó el presidente de la Fundación Bidafarma.
Por su parte, la presidenta de la Confederación Andaluza de Alzheimer, Ángela García Cañete, recordó que la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer en Andalucía ha aumentado más de un 64% en la última década y que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la población afectada por alguna demencia puede triplicarse en 2050. «Por ello –señaló– agradecemos alianzas como esta que rubricamos con los profesionales de la farmacia, que son esenciales para hacer llegar la asistencia que prestamos desde ConFEAFA a personas afectadas y a sus familias». En este sentido, añadió que «el conocimiento práctico sobre la enfermedad de Alzheimer y las demencias por parte de estos profesionales es particularmente importante en el ámbito rural, donde en la mayoría de los casos el único recurso sanitario que existe es la farmacia».